> aeropuerto internacional de Guadalajara

El proyecto de la nueva terminal de pasajeros del Aeropuerto Internacional de Guadalajara, en colaboración con Estudio Lamela, se diseñó para ofrecer una experiencia eficiente y cómoda para los pasajeros, con una clara separación de flujos de llegadas y salidas.

A la llegada a la terminal por vía terrestre se han implementado flujos exteriores independientes para cada tipo de transporte, como taxis, vehículos privados, autobuses y arrendadoras, optimizando la movilidad y accesibilidad al aeropuerto. Estos flujos están diseñados para ser altamente eficientes, reduciendo los tiempos de espera.

El flujo de pasajeros se separa en niveles. Las salidas se ubican en el segundo nivel al cual se accede por medio de una dársena exterior e incluye zonas comerciales, de documentación y zonas de control de seguridad. Desde aquí los pasajeros llegan a la sala de última espera. Esta sala conduce a un muelle de embarque con quince posiciones asistidas que pueden funcionar tanto para llegadas como para salidas. El flujo de llegadas está organizado en planta baja, donde los pasajeros recorren un pasillo de llagadas antes de pasar por una sala de migración y de esta acceder a la sala de reclamo de equipajes. Se distribuyen áreas de comercio al salir de la terminal.

La fachada está diseñada con lamas metálicas y celosías de protección solar, mientras que la cubierta permite la entrada de luz cenital, creando una sensación de apertura. El diseño interior incluye patios dentro de los flujos de pasajeros, contribuyendo a un ambiente luminoso y acogedor. La estructura modular de la terminal permite futuras ampliaciones sin alterar el diseño original, lo que facilita el crecimiento y adaptación a las necesidades del tráfico aéreo.

El proyecto de la nueva terminal de pasajeros del Aeropuerto Internacional de Guadalajara, en colaboración con Estudio Lamela, se diseñó para ofrecer una experiencia eficiente y cómoda para los pasajeros, con una clara separación de flujos de llegadas y salidas.

A la llegada a la terminal por vía terrestre se han implementado flujos exteriores independientes para cada tipo de transporte, como taxis, vehículos privados, autobuses y arrendadoras, optimizando la movilidad y accesibilidad al aeropuerto. Estos flujos están diseñados para ser altamente eficientes, reduciendo los tiempos de espera.

El flujo de pasajeros se separa en niveles. Las salidas se ubican en el segundo nivel al cual se accede por medio de una dársena exterior e incluye zonas comerciales, de documentación y zonas de control de seguridad. Desde aquí los pasajeros llegan a la sala de última espera. Esta sala conduce a un muelle de embarque con quince posiciones asistidas que pueden funcionar tanto para llegadas como para salidas. El flujo de llegadas está organizado en planta baja, donde los pasajeros recorren un pasillo de llagadas antes de pasar por una sala de migración y de esta acceder a la sala de reclamo de equipajes. Se distribuyen áreas de comercio al salir de la terminal.

La fachada está diseñada con lamas metálicas y celosías de protección solar, mientras que la cubierta permite la entrada de luz cenital, creando una sensación de apertura. El diseño interior incluye patios dentro de los flujos de pasajeros, contribuyendo a un ambiente luminoso y acogedor. La estructura modular de la terminal permite futuras ampliaciones sin alterar el diseño original, lo que facilita el crecimiento y adaptación a las necesidades del tráfico aéreo.