> bank Sohar Omán
Las bases del concurso, desarrollado con Estudio Lamela, planteaban una parte para uso propio del banco y el resto para alquilar. Debido a las condiciones tan extremas de clima y sol se propuso que las oficinas del banco quedaran situadas en la zona más segura y con mayor imagen, dando cobijo y sombra al resto de los usos y dejando las oficinas de los niveles más bajos como una referencia a las fortalezas omaníes.
Se planteó un acceso separado a las oficinas del corporativo por seguridad e imagen. El basamento tiene dos únicas perforaciones que son los accesos separados para el Banco y los inquilinos. Esto protege el patio interior del viento y dota de un oasis interno. El estacionamiento excavado pertenece al banco y los inquilinos quedan en el exterior protegidos por palmeras. Los usos públicos se sitúan en plantas bajas y en una planta comercial con vistas al mar.
El vestíbulo principal del Banco se prolonga en un patio con una cascada de agua y una exuberante vegetación. Desde este vestíbulo principal hay una vista diagonal que recorre el edificio reflejando el poder de la Institución. La ubicación de la entrada principal se ha planteado de modo que se conserven al máximo las cotas de terreno, dejándola en prolongación con el nivel de la calle exterior y ahorrando 16,500 m3 de excavación en roca (un 43% menos que lo que proponían las bases del concurso). Un acceso secundario más privado de servicio y mantenimiento se resuelve por la calle lateral.
La solución con núcleos de comunicación separados, por seguridad, para el Banco y el resto sería fácilmente reversible en un futuro si el Banco así lo necesitara. Sobre el patio se han dispuesto tres puentes que permiten disfrutar de visiones elevadas del espacio central y de terrazas para todos los usuarios. Los dos primeros podrían albergar espacios más singulares u oficinas más representativas y el más alto es el cubo que alberga el espacio de oración. Las cubiertas de estos puentes se resuelven con jardines colgantes.
Las bases del concurso, desarrollado con Estudio Lamela, planteaban una parte para uso propio del banco y el resto para alquilar. Debido a las condiciones tan extremas de clima y sol se propuso que las oficinas del banco quedaran situadas en la zona más segura y con mayor imagen, dando cobijo y sombra al resto de los usos y dejando las oficinas de los niveles más bajos como una referencia a las fortalezas omaníes.
Se planteó un acceso separado a las oficinas del corporativo por seguridad e imagen. El basamento tiene dos únicas perforaciones que son los accesos separados para el Banco y los inquilinos. Esto protege el patio interior del viento y dota de un oasis interno. El estacionamiento excavado pertenece al banco y los inquilinos quedan en el exterior protegidos por palmeras. Los usos públicos se sitúan en plantas bajas y en una planta comercial con vistas al mar.
El vestíbulo principal del Banco se prolonga en un patio con una cascada de agua y una exuberante vegetación. Desde este vestíbulo principal hay una vista diagonal que recorre el edificio reflejando el poder de la Institución. La ubicación de la entrada principal se ha planteado de modo que se conserven al máximo las cotas de terreno, dejándola en prolongación con el nivel de la calle exterior y ahorrando 16,500 m3 de excavación en roca (un 43% menos que lo que proponían las bases del concurso). Un acceso secundario más privado de servicio y mantenimiento se resuelve por la calle lateral.
La solución con núcleos de comunicación separados, por seguridad, para el Banco y el resto sería fácilmente reversible en un futuro si el Banco así lo necesitara. Sobre el patio se han dispuesto tres puentes que permiten disfrutar de visiones elevadas del espacio central y de terrazas para todos los usuarios. Los dos primeros podrían albergar espacios más singulares u oficinas más representativas y el más alto es el cubo que alberga el espacio de oración. Las cubiertas de estos puentes se resuelven con jardines colgantes.